La crianza de los niños es una de las tareas más difíciles y
satisfactorias del mundo, y aquella para la cual puede sentir que está menos
preparado.
A continuación se incluyen nueve consejos para la crianza de
un niño que pueden ayudarlo a sentirse más satisfecho como padre y, también, a
disfrutar más a sus hijos.
1. Estimule la autoestima de su hijo
Los niños comienzan a desarrollar su sentido del yo desde
que son bebés, cuando se ven a sí mismos a través de los ojos de sus padres.
Sus hijos asimilan su tono de voz, su lenguaje corporal y todas sus
expresiones. Sus palabras y acciones como padre tienen un impacto en el
desarrollo de su autoestima más que ninguna otra cosa. El elogio de los logros,
aunque sean pequeños, hará que los niños estén orgullosos; permitirles que
hagan cosas por sí solos los hará sentir que son capaces y fuertes. Por el
contrario, los comentarios denigrantes o las comparaciones negativas con otros
niños los hará sentir inútiles.
Evite las afirmaciones tendenciosas o usar palabras
hirientes. Los comentarios tales como "¡Qué estupidez!" o "¡Te
comportas más como si fueras un bebé que tu hermano pequeño!" pueden
causar el mismo daño que los golpes físicos. Elija las palabras con cuidado y
sea compasivo. Dígales a sus hijos que todas las personas cometen errores y que
usted aún los ama, incluso cuando no apruebe su comportamiento.
2. Reconozca las buenas acciones
¿Se detuvo a pensar alguna vez cuántas veces al día tiene
reacciones negativas para con sus hijos? Es posible que se dé cuenta de que los
critica muchas más veces de las que los felicita. ¿Cómo se sentiría si un jefe
lo tratara de un modo tan negativo, incluso si fuese con buenas intenciones?
El enfoque más positivo es reconocer las buenas acciones de
los niños: "Hiciste la cama sin que te lo pidiera, ¡eso es genial!" o
"Te estaba mirando mientras jugabas con tu hermana y fuiste muy
paciente". Estos comentarios serán mucho más eficaces para alentar la
buena conducta a largo plazo que las reprimendas continuas.
Propóngase encontrar algo para elogiar todos los días. Sea
generoso con las recompensas: su amor, sus abrazos y elogios pueden hacer
maravillas y suelen ser suficiente gratificación. Pronto descubrirá que está
"cultivando" en mayor medida el comportamiento que desearía ver.
3. Establezca límites y sea coherente con la disciplina
En todas las casas es necesaria la disciplina. El objetivo
de la disciplina es ayudar a que los niños elijan los comportamientos
aceptables y aprendan a autocontrolarse. Es posible que pongan a prueba los
límites que usted establece, pero son imprescindibles para que ellos se
conviertan en adultos responsables.
Poner reglas en la casa ayuda a que los niños entiendan sus
expectativas y desarrollen el autocontrol. Algunas reglas pueden incluir, por
ejemplo, no mirar televisión hasta que estén hechas las tareas y no permitir
los golpes, los insultos ni las burlas hirientes.
Es recomendable que implemente un sistema: una advertencia
seguida de consecuencias, que pueden ser una penitencia o la pérdida de
privilegios. Un error frecuente que cometen los padres es no seguir adelante
con las consecuencias. No puede disciplinar a los niños por una mala
contestación un día e ignorar el hecho al día siguiente. Ser consistente les
enseña qué es lo que usted espera.
4. Hágase un tiempo para sus hijos
A menudo es difícil que los padres y los niños se reúnan
para una comida en familia, ni pensar en que pasen juntos tiempo de calidad.
Sin embargo, es probable que no haya nada que a los niños les gustaría más que
eso. Levántese 10 minutos antes a la mañana para poder desayunar junto a sus
hijos o deje los platos en el fregadero y salga a caminar después de cenar. Los
niños que no reciben la atención que desean de sus padres a menudo sobreactúan
o se comportan mal porque, de ese modo, están seguros de que recibirán su
atención.
Muchos padres descubren que es gratificante programar tiempo
para pasar con sus hijos. Programe una "noche especial" cada semana
para estar juntos y deje que sus hijos ayuden a decidir cómo pasar el tiempo.
Busque otras formas de relacionarse, por ejemplo, ponga una nota o algo
especial en las loncheras de los niños.
Los adolescentes parecen necesitar menos atención individual
de sus padres en comparación con los niños más pequeños. Puesto que hay menos
oportunidades de que padres y adolescentes pasen tiempo juntos, los padres
deben hacer su mayor esfuerzo para estar disponibles cuando sus hijos expresan
el deseo de hablar o participar en actividades familiares. Asistir a
conciertos, juegos y otros eventos con el adolescente es una forma de
transmitir afecto, y le permite a usted conocer otros aspectos sobre su hijo y
sus amigos que son importantes.
No se sienta culpable si es un padre que trabaja. Los niños
recordarán las pequeñas cosas que usted hace, por ejemplo, preparar palomitas
de maíz, jugar a los naipes, mirar vidrieras.
5. Sea un buen modelo a seguir
Los niños pequeños aprenden mucho sobre cómo actuar al
observar a sus padres. Cuanto más pequeños, más lo imitan. Antes de reaccionar
agresivamente o enfurecerse frente a su hijo, piense en lo siguiente: ¿es así
como desea que el niño se comporte al enfadarse? Esté siempre consciente de que
sus hijos lo están observando. Los estudios han demostrado que, por lo general,
los niños que dan golpes imitan el modelo de agresión de sus casas.
Sirva de ejemplo de las cualidades que desea cultivar en sus
hijos: respeto, cordialidad, honestidad, amabilidad, tolerancia. Sea generoso.
Haga cosas por los demás sin esperar una retribución. Exprese su agradecimiento
y haga elogios. Por sobre todo, trate a sus hijos del mismo modo que espera que
otras personas lo traten a usted.
6. Haga de la comunicación una prioridad
No puede esperar que los niños hagan todo sólo porque usted
como padre "así lo dice". Ellos desean y merecen explicaciones al
igual que los adultos. Si no dedicamos tiempo a dar explicaciones, los niños
comenzarán a cuestionarse nuestros valores y motivaciones, y si estos tienen
fundamentos. Los padres que razonan con sus hijos les permiten entender y
aprender sin emitir juicios de valor.
Deje en claro sus expectativas. Si hay un problema,
descríbalo, exprese sus sentimientos e invite a su hijo a que busquen juntos
una solución. No olvide mencionar las consecuencias. Haga sugerencias y ofrezca
alternativas. Además, esté dispuesto a escuchar las sugerencias de su hijo.
Negocie. Los niños que participan en la toma de decisiones están más motivados
a llevarlas adelante.
7. Sea flexible y esté dispuesto a adaptar su estilo de
crianza
Si el comportamiento de su hijo lo decepciona con
frecuencia, quizás se deba a que sus expectativas no son realistas. Para los padres
que piensan en "lo que se debe" (por ejemplo, "A esta altura, mi
hijo debe usar el orinal"), puede ser útil leer sobre el tema o
hablar con otros padres o con especialistas de desarrollo infantil.
El entorno que rodea a los niños tiene un impacto en su
comportamiento; por lo tanto, puede cambiar ese comportamiento si modifica el
entorno. Si continuamente tiene que decirle "no" a su hijo de 2 años,
busque algún modo de reestructurar el entorno para que haya menos cosas
prohibidas. Esto será menos frustrante para ambos.
A medida que su hijo cambie, tendrá que modificar
gradualmente su estilo de crianza. Lo más probable es que lo que hoy resulta
eficaz con su hijo ya no lo sea tanto en uno o dos años.
Los adolescentes suelen buscar más modelos a seguir en sus
pares y menos en sus padres. Sin embargo, no deje de orientar y alentar a su
hijo adolescente ni de impartir la disciplina adecuada mientras que, a la vez,
le permite independizarse cada vez más. Y aproveche todos los momentos que
tenga para entablar una relación.
8. Demuestre que su amor es incondicional
Como padre, usted tiene la responsabilidad de corregir y
guiar a sus hijos. Sin embargo, la forma en que expresa su orientación
correctiva tiene una gran influencia en la forma en la que un niño la recibe.
Cuando tenga que enfrentarse a su hijo, evite echar culpas, hacer críticas o
buscar defectos; todo esto puede debilitar la autoestima y provocar
resentimiento. En cambio, haga un esfuerzo por educar y alentar, incluso cuando
discipline a sus hijos. Asegúrese de que ellos sepan que, aunque desea y espera
algo mejor la próxima vez, su amor es incondicional.
9. Esté consciente de sus propias necesidades y limitaciones
como padre
Enfréntelo: usted no es un padre perfecto. Como jefe de
familia, tiene fortalezas y debilidades. Reconozca sus habilidades: "Soy
cariñoso y dedicado". Prometa trabajar en sus debilidades: "Debo ser
más coherente con la disciplina". Intente tener expectativas realistas
para usted, su cónyuge y sus hijos. No es necesario que sepa todas las
respuestas: sea indulgente con usted mismo.
E intente que la crianza de los hijos sea una labor que se
pueda manejar. Concéntrese en las áreas que necesitan la mayor atención, en
lugar de intentar abordar todo a la vez. Admita cuando se sienta agotado.
Quítele tiempo a la crianza para hacer cosas que lo harán sentir feliz como
persona (o como pareja).
Centrarse en sus necesidades no lo convierte en una persona
egoísta. Simplemente quiere decir que se preocupa por su propio bienestar, otro
valor importante para que sus hijos tomen como ejemplo a seguir.
Revisado por: Steven Dowshen, MD
Fecha de revisión: enero de 2015
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